miércoles, 22 de marzo de 2017

De desapegos y nostalgias

¿Y si un día quemo mis diarios? Nada tendré, ninguna evidencia de lo que he vivido o pasado, tan sólo mis recuerdos y para alguien tan olvidadiza como yo, quemar mis diarios significaría no tener vida pasada.
Desapegos.
Comprobando que si en algo soy complaciente conmigo misma es en la nostalgia que tengo hacia mi pasado (viajes, aventuras, premios, sucesos, reconocimiento). Aunque la idea del cambio en mi vida me fascina, es un cambio que sea para sentirme bien no para lo contrario. Desde 2009 (año en el que entré a la Universidad) a la fecha he esperado con fascinación que inicié el nuevo año, con garantía de que el año venidero me traerá muchas emociones, aventuras y alegrías. Así fue durante 7 años, un mismo patrón: estudiar y disfrutar, año con año lo mejor. 
En la espera de la llegada de 2017 algo cambió, esta vez no lo espere como en los otros años. Más bien esperé este nuevo año como una plegaria de poder mantenerme fiel a mí, más divertida, más relajada, más yo, menos preocupada por todo y más fresca de la vida.
Claro, 2016 me trajo aprendizajes, no basta con tener los conocimientos bien cimentados, se trata de actuar con valentía contra las desigualdades hacia las mujeres y nuestro mundo, con inteligencia para planear estrategias de incidencia y con seriedad para posicionar el mundo que queremos.
Esto me hace admirar a la gente que se toma enserio sus ideas, que se toma enserio a sí misma.

Me doy cuenta que sigo aprendiendo de mí, cuando creí que era la más nice y buena onda, observo que funciona en mi burbuja pero que hay deslices, errores y cambios en el pensamiento. Es difícil mantenerse fiel a una misma, pero hacerlo todos los días me parece que vale muchísimo la pena. Mantenerse fiel a una misma contempla encontrarse y vivir diferente a como era en el pasado.