jueves, 3 de diciembre de 2015

Descubriendo la mirada


                                                  Para José Goro en quien nunca he descubierto el secreto de sus ojos.

Una mirada profunda atravesó mis ojos. Descubrí que era él escudriñándome hasta los más profundo. Temí por mi seguridad y desvié las puertas de mi alma donde no pudiera seguir viendo, donde no pudiera descubrir quién era.
Una persona así, que no cree en las palabras y los gestos para conocer a alguien, asusta. Asusta que la honestidad sea leída en los ojos. Eso no se puede ocultar, no se puede mentir, no se puede enmascarar.
¿Qué don es el que se le ha concecido? ¿porqué puede descubrir a las personas con tan sólo mirarla a los ojos? Mi respuesta es que ha nacido con una sensibilidad más allá de la normal y su historia personal ha afianzado su capacidad para sentir. Su capacidad para percibir es grande y se ha valido de la mirada para encontrar la historia más profunda que habita en las personas que mira.
No conozco a nadie con esa sensibilidad, no conozco a nadie que sea inmune a las máscaras. Para él es una habilidad desenmascarar la mirada y saber ante quien está. Nunca he querido preguntarle qué vio en las puertas de mi alma, qué descubrimiento halló, qué secreto descifró.
Han pasado tres años desde las primeras veces que sus ojos y los míos se cruzaron. De haber sabido su habilidad, hubiera tomado mis precauciones. Por el contrario, ingenuamente fui lo que soy cuando me miró a los ojos.
Me mata de curiosidad saber qué vio, qué conjetura hizo y al día de hoy cómo halla mi mirada. Para calmar mi ansia me pongo a pensar que no halló algo maléfico, porque aún nos seguimos viendo a los ojos, aunque él me ve más, yo lo veo pero no fijo mis ojos en los suyos.
Había olvidado su habilidad y el día de hoy me sobresalté porque me di cuenta que hago como que lo miro, pero no lo miro realmente. No pasa sólo con él, creo que es mi forma de proceder, escondo muchas cosas porque no quiero mostrarlas y mucho menos explicarlas, porque yo misma aún no me he dado explicaciones, qué falta de respeto explicar algo que no entiendes.
Aún así, siento curiosidad sobre lo que ha visto en mis miradas, pero no me atrevo a preguntarle porque temo por mi seguridad emocional.